sábado, novembro 20, 2010

Silbidos

Acá los pajaritos cantan todos los días;
pero ya casi nadie los escucha.
Sus voces y sus existencias si pierden
en el murmullo de la ciudad,
que nos convierte sordos, mudos y prisioneros.
Acá la música de los pajaritos se la censura a diario.
Se simula que se les regala libertad.
La misma falsa autonomía que dicen dar a los hombres.
Acá los animales chillan desesperados
al lado de los aullidos inaudibles de la humanidad.
Todos se manifiestan sin lograr expresarse
en medio a la mezcla de ruidos
que solo nos permite oír la sirena de las ambulancias,
que salvan vidas a la vez que le quitan el albedrío
a la gente y la naturaleza.

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